¿Cuántas vidas has perdido jugando? La máxima excitación del player es conseguir más vidas, continuar jugando. Lo maniqueo de los videojuegos, la sensación pastabasera de siempre estar al límite, cagándola o salvando al mundo, cagándola o siendo el rey de una tarde, ying y yang. Porque la muerte es la exclusión del juego que es la vida. Imagina la vida después de la muerte como esa caminata por el pasillo de los videojuegos sin dinero. Imagínala por mí.

¿Cuántas tardes has perdido? En el denso aroma de los videojuegos de infancia, de la provincia, es el que trae Continue? de Renato Contreras. Esos videojuegos donde solo hay victoria o muerte, dinero limitado, gordos sin mujeres y rechazados cool pero rechazados del mundo real. Las combinaciones y las habilidades dactilares para reproducir lo único valorado en el juego del sistema: el éxito. Los juegos que consumieron la infancia, la vida en comunidad. Quién no paso más tiempo jugando videojuegos que con sus padres. Tú, se te cayó el carnet.

¿Cuánta gente has matado? Para quienes tengan su propio no lugar en casa esto no tiene sentido. Sí para quienes habitamos de vez en cuando y ojalá lo menos posible los cibercafés más densos que los videojuegos de nuestra infancia, nuestra provincia.

¿Cuántas batallas has ganado? Se juega el destino del país, la tierra y el mundo una y otra vez cada tarde. Cada cyber tiene a sus niños disparando toda la tarde, conectados con otros. Un juego con varios cerebros donde se escupe la rabia. La rabia que sientes tú también y las tiras encima de los copetes, de tu mina, de tus amigos, tus equipos, del enfermito que te habla en la calle.

¿Cuánto dinero tienes? Porque los videojuegos son el pasado no tan pasado que me va dejando atrás como lector. Y ya no es tu habilidad en juego, es el dinero que tengas para permanecer.

¿Dónde están tus padres? Conectados jugando a su propia esclavitud: la televisión, el trabajo, el consumo.

¿Cuántos amigos has ganado? En el vacío del abandono que te dejan la amistad es parte de la habilidad; un pequeño ritual de planear el juego, de aprender. Aventureros por siempre, la férrea amistad que se forja jugando lado a lado. Una manera de estar juntos en el mismo computador, en la misma escena. Y me preguntas por la empatía.

¿Cuántos años han pasado? Continue? Deja restos del mapa mental de los juegos, su terminología que me excluye como lector pero no me atemoriza. Yo también estuve ahí, Drake, Renato Contreras.

¿Cuántos libros has editado? No estoy tan seguro que este sea un libro de poesía ni de narrativa, sino más bien un texto crónica de época que a veces parecen verso o una novela fragmentaria. Un libro a medio terminar de adredre, como ha sido la tónica de las publicaciones de Cinosargo, que al igual que este libro sabe entender al escritor como un sujeto sincrónico y al lector como constructor otro del libro. La editorial tiene publicaciones de concursos de cuentos de videojuego, que tiene más sentido que cuentos de marihuana, y que al vincularla a la literatura es más interesante para las nuevas generaciones. Un taller como un juego del rol, no un taller como un montón de pajeros leyendo y escribiéndose fuera de a línea del tiempo. Nos debemos a la realidad de cada día.