En torno a El Llanto de la Añañuca de David Santos Arrieta [por Raúl Kastillo.]



El Llanto de la Añañuca (Cinosargo 2014)

Llegó David Santos a registrar las maravillas del norte chico, a través de su mirada he visto la inmensidad del valle, las arrugas del arriero, la soledad de los rieles y el tren fantasma que recorre los pueblos de adobe. 
Llora porque su existencia está rodeada de adioses y paradigmas que destramar, poesía con un profundo conocimiento de la tierra, de los soleados terrones de esperanza y desventura del norte chileno, porque el sol es capaz de secar el corazón del alma más dulce, poesía que se nutre de la humanidad de monte patria y de todos los pueblos del valle del Limarí, poesía encarnada en el imaginario más vivo de los sueños y relatos de una mujer y su llanto.
El llanto de la añañuca es nuestro llanto, el dolor y fortaleza de la soledad, es una sensación cotidiana de nuestro habitar, la imagen del que se marcha crea un universo interior donde estamos obligados a mirarnos, a odiarnos, a sufrirnos, a mejorarnos, en el fondo a conocernos. Un gran dolor debe ser un salto importante para reescribir nuestros relatos y generar cambios interiores.
Llanto nuestro que moja la tierra, erotiza los cactus y brota dolor en la fortaleza del cuerpo femenino, no hay progreso que erosione la sabia relación que existe entre la tierra y la mujer, ellas son la poesía del planeta y el canto de David Santos las trae de forma conmovedora y voraz.
“Me caigo en la memoria de los cerros que también lloran el recuerdo de quienes no están, pero tu pasar fue tan dulce que hoy es una caríe en el hueso de mi alma. Roída me siento, como las piedras azules de Monte Patria”
Y va tejiendo ríos para recuperar la memoria, va tejiendo con su llanto el milagro de la vida y toda el agua que se nos niega, entonces brota como una nube gorda para refrescar la memoria perdida, en este llanto, usted amigo lector, puede oler, mirar, palpar y escuchar el paisaje, poesía con denominación de origen, de notable simpleza su verso eminentemente local, incorpora elementos culturales importantes del Chile de hoy, que configuran un cuerpo poético de trascendencia universal.
“La desventura de su gente silenciada/ que arrastra bolsas traídas de la capital/ La pena ingrata del ignorante/ que se lleva la peor parte/ el brillo melancólico del loco del pueblo/ que reparte panfletos añejos/ los domingos después de misa/ en una plaza cada vez más sola/ cada vez más roída por el rico y el extranjero”
Es de gran importancia para la poesía de un lugar y sus habitantes que los poetas nutran la literatura local con su imaginario y este libro representa fielmente el universo lingüístico de los pueblos del norte, este verso es carne viva de nuestros paisajes, nuestros cuerpos, nuestros dolores, nuestras voluntades, carne viva para sabernos, conocimiento genealógico de lo que somos, por tanto su valor literario es inagotable, agradezco a David por su nuevo texto, explora con gran talento lugares de nuestra voz poco explorados por la poesía criolla, es un texto conmovedor, que en su llanto invita a despertar de los dolores impuestos por la modernidad, es un llanto para reconstruir la sonrisa del valle, un llanto que permite ver el corazón del valle, el sonoro viaje de las letras que reconstruye nuestra memoria. 


Raúl Kastillo.

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