893: Apuntes sobre YAKUZA (Francisco Ide, Cinosargo ediciones 2014) [Por Ignacio Morales Valdivia]




893: Apuntes sobre YAKUZA
(Francisco Ide, Cinosargo ediciones 2014)

Por Ignacio Morales Valdivia

“Te hablo/ con una espada/ y tu guardas silencio/ tu pecho es como una tumba/ más suave que las flores/ ven aquí/ Oh, ¿acaso el amor no es la muerte?”

Te hablo con,  Orientale, Tulips and chimneys, e.e. cummings.


1. La palabra Yakuza no posee una etimología exacta. Una explicación ampliamente difundida la vincula a números y naipes. 8 (ya), 9 (ku), 3(za), una pésima mano en el Oicho- kabu, suerte de blackjack japonés. Una mano perdida, ya que al sumar los tres dígitos se obtiene 20, el juego solo considera en su cuenta el último dígito, es decir, cero. Una mano perdida, un libro sobre la pérdida.

2. Yakuza está compuesto por 29 poemas, un postfacio y un último poema. En ese orden. La materia de los poemas proviene del ámbito de la mafia japonesa, un ex miembro de “la familia” enfrenta el exilio, esto es, la pérdida del origen, la patria, el honor, “la familia”, y por sobretodo, la amada.

3. En los poemas de Yakuza no tan solo coexiste la violencia y el amor, sino que ambos se presentan como dos aspectos esenciales de la experiencia humana, Tálamo y Tánatos, amor y muerte. “Junto a ella era un sanguinario/ y no temía a la muerte” (Yasunara Satori) El amor se presenta como una experiencia límite, capaz de subvertir el miedo a la muerte.

4. El sujeto está en crisis: desnaturalizado, fuera de contexto, el entorno cultural que validaba su código de honor lo ha marginado, vive en el exilio: “Abandoné la familia/ por un ciber con tragamonedas/ y sushi en el infierno” (Inmigrante). Este desarraigo trae consigo la devaluación del imaginario habitado y su actual inadecuación topográfica e ideológica: “los koi saltan de mis hombros y/se ahogan en la arena/ los dragones de mis brazos/ ahora gusanos descoloridos” (Una historia violenta). Esta ruptura tiene como consecuencia la desintegración del hablante, su disolución y perdida de vigor: “llegué a esta caleta con la ropa y la piel poblada/ mírame ahora, un despojo, un despoblado” (Una historia violenta)

5. Sin embargo, esta orfandad, corresponde al aislamiento, separación y pérdida de la amada. La homologación entre lengua, patria y mujer posibilita esta afirmación: “¿Cómo subsistir con estas manos envenenadas/ y esta lengua que sólo sirve para repetir tu nombre inútilmente/ mujer mía, patria mía” (Primera carta) “He incorporado el lenguaje/ como una especie de castigo// Si allá el lenguaje es virus/ acá es cuarentena, toque de queda./ Te explico: estás lejos”(Tercera carta) Desde ahí que, inscrito en un círculo de ultraviolencia y desarraigo, resida el amor como eje central del libro.  

6. El Hanafuda, juego de las flores, es la baraja utilizada comúnmente para jugar al Oicho-kabu. Los naipes no poseen números, la puntuación se gradúa según las imágenes. Predominan las flores (Peonías, crisantemos, lirios), los árboles (arces, pinos, cerezos), los animales (ciervo, jabalí, golondrina) y algunos objetos (cintas de colores o una copa de sake).
7. Estáticos, los naipes rememoran el tatuaje, elemento preponderante en estos poemas, hábitat del imaginario yakuza. La presencia del tatuaje en el poemario significa la superficie corporal como un espacio abierto, territorio no delimitado y modificable, esto es, un espacio para la transmisión de sentido. “Con apenas un tatuaje al centro de la espalda/ primera pieza de una máquina/ en guerra con el mundo” (La venus de Velásquez) “De esta imagen, central, se arma un zodíaco, un sistema/ en que hombres y mujeres luchan contra tigres/ cubiertos de ideogramas borrados por la lluvia” (Entrenamiento). Este espacio dará cuenta del estado de desarraigo del sujeto. El poemario propone el cuerpo como una superficie abierta, sujeta al deterioro natural y violento, a la transformación, destacando la susceptibilidad de la carne y su función de registro, ante la experiencia, ante el dolor. Tengo el casco de una bala incrustado en el fémur/ varias cicatrices y algunos dedos mutilados” (Trizaduras)

8. Barajados los naipes se transforman en imágenes en movimiento, una somera definición de cine, así mismo, los poemas de Yakuza tributan al movimiento, el uso de la imagen cinematográfica resulta elocuente. Algunos de estos poemas operan precisamente como escenas. Esto se logra a partir de la utilización del registro audiovisual, la inscripción de referentes cinematográficos, y la construcción del poema a partir de una escena en la que se van adhiriendo elementos.

9. El poema “Moonwalk”, cuyos versos finales “debes retroceder sobre tus pasos/ cauteloso entre los leones, en la actitud exacta/de un vampiro/ rebobinado” apelan justamente a un lector consciente del registro audiovisual.

10. “Scanners” es un claro ejemplo de el uso inteligente de referentes fílmicos. El título cita la película de Cronenberg, no obstante el poema no la repite, sino que propone una comparación entre las sandías sudamericanas y japonesas, su similitud con un hecho de sangre, hasta llegar a un final sumamente gráfico; “la cabeza estalla/ en pirotecnia de pulpa, pólvora y ceniza”. En estos versos es donde la cita se activa, al retrotraer al lector a la imagen tópica de la película. Un telépata que hacer explotar la cabeza de otro.  De manera análoga se citan otras películas del director; “Una historia violenta” y “La zona muerta”, entre otras. El valor de esta operación radica en la utilización del referente no como base del poema sino como complemento.

11. La cita que abre el libro: “¿Qué lo trae por aquí?/ las pocas muertes” se enmarca justamente en esta serie de referentes cinematográficos. Pertenece a la serie de televisión “La recta provincia” (Raúl Ruiz, 2007). Pese a todos los elementos del folclor global y local presentes en la obra, esta no deja de ser la historia de un viaje, cuyo motivo es recolectar las osamentas de un cadáver diseminado por los cuatro puntos cardinales. Antigua costumbre mortuorio-punitiva que tenía como objeto imposibilitar el reposo eterno del alma de los condenados. Un cuerpo sujeto al desmembramiento, símbolo que habla sobre la separación y la pérdida del sujeto en relación a la patria, la amada: “mi sombra, en la arena, tiene la forma de un cuerpo que flota/ con cuarenta puñaladas, en un charco, devorado/ por los cerdos” (Una historia violenta) “un cuerpo sin dedos ni dientes/ flota como cáscara de mandarina” (Formas de borrar una identidad).´



12. Un poema particularmente cinematográfico es “Remar la mirada”. La construcción descansa en la sucesión y desarrollo de la escena, como una larga toma a la que se agregan elementos “Un auto blindado se desliza/ por el callejón oscuro/ gusano en los intestinos/ de un cadáver aconchado entre las rocas./ El vidrio trasero baja, automático. De un árbol/ azotado por el viento enjambre de mirlos graznan (…)” “emisario de la luna entre las ramas/ punto blanco/ hueso que sale astillado hacia la noche/ tras un movimiento de artes marciales/ perfectamente ejecutado”  La unidad del poema se asienta en el movimiento; un ojo que vigila, una voz que introduce elementos en un escenario.

13. El uso de referencias cinematográficas orientales también desempeña un rol importante. En tanto el desamparo del sujeto proviene de su migración, de Oriente a Sudamérica, este nicho referencial, lo oriental, es uno de los marcos fundamentales del libro. No solo provee la materia, el universo Yakuza, sino que la operación despliega un abanico de referentes orientales. Entre estos destaca principalmente el imaginario del cine japonés (Sonatine, de Takashi Kitano; Yakuza papers, de Kinji Fukasaku; Gozu, de Takashi Miike, entre otros) y el manga del artista japonés Suehiro Maruo. Por nombrar algunos de los más recalcitrantes.

14.  Hasta el momento se ha destacado la violencia presente en el texto. Ahora bien, el sentido de toda esta violencia y trepanación, como se dijo, recae en la separación y pérdida del amante:  “Todo lo que estaba unido acaba por separarse” (Seppuku) “Las llamas, querida mía/ no arderán diminutas/ en tus ojos/ porque estás lejos.” (Bonzo). El hablante se ofrece en sacrificio ante la amada, en orden del retorno o la necesidad “en caso de que un día te aproximes/ hambrienta: podrás/ comer sobre mis hombros/ beber la tinta/ de mis tatuajes derretidos” (Bonzo). Esta idealización del amor ofrece la posibilidad de redención, trascendencia, y una causa loable por la cual morir: “Yo me condenaría feliz a la rueda del samsara/ por ver tu rostro bajo la lluvia, Yasunara Satori” (Instant Karma) Además de expresar lo que podría considerarse una poética romántica, proponiendo al amor como materia obligatoria del poema: “Un poeta coreano dice que todo poema/ es de amor y que/ no pensar en la muerte es/ no apreciar la vida/ Hay cosas por las que sería un goce y un honor, morir”

15. Uno de los poemas de mayor delicadeza del libro “Instant Karma”, (como la canción de Lennon). Además de reforzar la relación entre el amor y la muerte, propone, la posibilidad de comunión; reencuentro y fusión del amante y el amado. “Quizás un día reencarne/ en agua y tú, también, agua; coincidimos/ nos mezclamos/ partículas./ Algo nos bebe, calmamos esa sed. O el sol, vapor (el sol nos bebe) (…). La imagen de dos entidades separadas evaporándose para mezclarse, abunda en ternura y dolor, parte de una misma experiencia, la vital. Este poema permite vincular el texto a otro referente oriental, el poema “A plena luz del día sueño con mi esposa muerta” del poeta chino del siglo XI Mei Yao Ch´en. Los últimos versos del poema  dicen “cuando sueño, todo es como antes/ cuando despierto, la pena me apuñala/ los vivos frecuentemente se separan, y no vuelven a encontrarse/ los muertos están juntos, como almas puras”  Yakuza, radicalizando los referentes de toda una tradición, reafirma la cruel y dramática certeza de estos versos, la muerte ofrece la solución vedada a la vida.




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