Entrevista de Leo Lobos a Omar Pérez Santiago: Allende el Retorno

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Entrevista  de Leo Lobos a Omar Pérez Santiago.
El presidente Salvador Allende cumpliría 106 años de edad, pues nació el 26 de junio de 1908.
Hay muchos poemas y muchas canciones en su honor, en todo el mundo. Pero, a pesar de la grandeza de su figura y su legado, hay pocas revisiones literarias sobre su perfil narrativo. Predominan las visiones políticas y sociales  de Salvador Allende.
Pero el último tiempo en Chile han surgido obras literarias que recrean a Salvador Allende, en el teatro y la novela.
Allende, el retorno  es la novela de Omar Pérez Santiago publicada el 2013 (Cinosargo/AuraLatina), donde el presidente resucita en el centro de Santiago y los jóvenes lo confunden con un viejito hipster. Sobre esta obra delirante y que ha recibido el beneplácito de la crítica, y su visión particular sobre Allende, su autor es entrevistado por el destacado poeta chileno Leo Lobos.
 1.- Conociste a ALLENDE, como ciudadano, como elector, como militante, coméntame sobre esa experiencia, sobre el hombre, el líder que escuchaste que viste.
 Lo saludé  agitado por vez primera en medio de una multitud popular en una calle de Santiago,  durante su campaña electoral de 1970, cuando yo tenía 17 años y ni siquiera tenía derecho a voto. Me acerqué a codazos y le estiré la mano y el doctor Allende fue cálido y directo. Luego de su victoria, -de  “la alegría sana de la limpia victoria alcanzada”,  como él dijo-,  lo vi algunas veces durante los años de su corto gobierno. Para un joven allendista, estudiante de la Universidad de Chile, de una familia de trabajadores como yo, para ese muchacho que yo fui, se inició un mundo burbujeante, ver cambiar la sociedad.  Fue rocanrolero lo que se vivió en los trabajos voluntarios, en la música, el arte, las reuniones y los ineludibles jolgorios y amoríos con las compañeras minifalderas, que yo, muchacho ansioso  creía que me decían chispeantes: “a ver, atrévete, Omar, atrévete”.
Y luego, pam, pam, pam, y La Moneda arde. Eso era incomprensible.  Tenerlo todo y perderlo todo. Esa foto dio la vuelta al mundo y conmovió a toda mi generación en el globo. Imagina la conmoción cerebral que me produjo ese día, el 11 de septiembre, al saber que el presidente había muerto. Un hecho que abrió un profundo pozo en nuestras calabazas. Jóvenes de otros países que salieron a las calles y lloraron. Allendistas que sufrieron, que fueron castigados. El amplio pueblo pobre allendista metidos en estadios de fútbol, con sus barrios y  poblaciones ocupadas militarmente. Y luego, poco a poco, vinieron los libros, las películas, las pinturas. Las avenidas, calles, plazas, hospitales que llevan el nombre de Salvador Allende. ¡Un enorme mito!
2.- Y con la perspectiva de los años desde el Siglo XXI, como este hombre se compara con la leyenda en la que se convirtió. Qué quedó y qué se sumó a esta personalidad, ser histórico, hombre de amplia gama de talentos.
Los años pasaron y pasaron 41 años. Imagínate. Una tonelada de años. Fui y volví, tuve hijos, me casé, me separé, me volví a casar, etc, etc. Me hice viejote y hoy el presidente Allende, sooorpresa,  es un bacán. Es muy actual en un aspecto central.  El presidente Allende había nacido dentro del convencimiento muy moderno que el careo de nuevas ideas, de imágenes y de estéticas, dinamizan la sociedad, las hace más vivas, más integras. Su proyecto modernizador y democrático aún es vigente en un Chile calavérico, culturalmente rancio. Allende era moderno. Era innovador en la tecnología y creó un proyecto de internet integrado. Era un chico mundano y abierto, no le temía a las opiniones divergentes. Creía en el arte y la cultura, creía en la moda y creía en las buenas costumbres en la mesa. Allende creía que Chile iría a ser un gran país. Tenía fe en Chile y su destino. Allende sabía o creía, es lo mismo,  que los pueblos tienen un destino. En ese sentido, Allende es muy actual en el proceso de cambios y modernizaciones. Mientras  Chile sea culturalmente orientado por los rancios,  Allende no está muerto.
3.- Tú libro sobre él, viene a llenar un vacío, en cuanto a ficción sobre ALLENDE, Allende, el Retorno como la obra de Luis Barrales en el teatro, ¿crees que ayude en algo a cambiar este paradigma de oscuridad y silencio sobre él?
La obra de teatro de Luis Barrales, Allende, noche de septiembre  y  la obra irreverente La imaginación del futuro, del teatro La Re-sentida con la dirección de Marco Layera  y, modestamente, mi novela, Allende, el retorno,  tienen en común que buscan una creativa en torno a Allende. Van por la necesidad de llenar un vacío de obras chilenas de ficción sobre Salvador Allende. 
Hay muchos libros, una biblioteca gigante  sobre la historia, sobre análisis y sobre sociología de Allende. Pero poca ficción.
Noto que los más receptivos a mi novela son los lectores jóvenes, el nuevo lector. Los cabros ven a Salvador Allende como nosotros veíamos al Húsar de la Muerte,  Manuel Rodríguez. Es decir, como una gran leyenda libertaria, un guerrillero de la libertad, y a los cabros no se les hace así, ni sudan nerviosos cuando inventan peripecias sabrosas.  No sólo una figura histórica. También un mito. Y una leyenda, Allende caminando de nuevo en el 2013 por las calles de Chile, 40 años después de muerto, es bueno para la literatura. En ese sentido, como todas las celebridades y sus mitos, Salvador Allende es un símbolo literario que pertenece a todos y puede bajarse del pedestal y reinventarse y enamorar de nuevo a una dama progresista.  Eso puede desconcertar a aquellos duros de mollera, que creen que todo está en orden, y que la vida es monolítica y para el museo. Pero, el arte siempre ficciona los mitos y sus personajes. Porque al pueblo le gusta reinventar y meter las cosas en su propia calabaza. Allende camina por la calles de Santiago, 40 años después de muerto, y eso no es extraño, por lo menos, en la literatura de imaginación. Por lo demás, mucha gente cree que los muertos resucitarán algún día, y nadie los lleva preso por eso.
No es por hacerme el chorito, pero Allende, el retorno es también un pataleo literario contra esa predominante novela realista y bienpensante, esa que inventa un personaje que se le parece mucho al escritor y que piensa muy parecido al escritor. Mi novela es una recreación o un juego sobre los temitas literarios como los espejos y el doble, una línea de los  maestros como Poe,  Hoffmann, Maupassant, James, Stevenson, Kafka, Woolf, Dick, Borges y Cortázar, maestros  de los cuales yo soy un viejote admirador.
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Leonardo Lobos Lagos, Leo Lobos, (Santiago de Chile, 1966). Poeta, ensayista, traductor y artista visual. Laureado UNESCO-Aschberg de Literatura 2002. Realiza una residencia creativa en CAMAC, Centre d´Art Marnay Art Center en Marnay-sur-Seine, Francia los años 2002-2003 con apoyo Fondo Internacional para la Cultura y la Fundación francesa Frank Ténot. Ha realizado exposiciones de sus dibujos, pinturas y una residencia creativa los años 2003 hasta comienzos del 2006 en el centro de cultura Jardim das Artes en Cerquilho, SP, Brasil.

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