No - Muerto (Cinosargo 2017) de Clemens Altgård en traducción de Omar Pérez Santiago. Por Jorge Calvo



Presentar este libro “No – Muerto”, poemas de Clemens Altgård, poeta sueco de la ciudad de Malmö, es para mi motivo de profundo regocijo. Con mayor razón si el libro ha sido traducido por Omar Pérez Santiago, quien fue el primer chileno que tuve la fortuna de conocer el mismo día de mi llegada al Viejo Mundo. Y repito que es motivo de alegría porque hablar de este libro me permite ejercitar la memoria y recordar aquellos viejos buenos tiempos. Llegue al aeropuerto de Kastrup en Copenhague, alrededor de las cuatro de la tarde un último día de noviembre. Era invierno, hacía un frío de novela, ya era noche y reinaba la oscuridad pero como había nevado un brillante color blanco repetía las luces de la ciudad otorgando una extraña luminosidad. Yo venía directamente desde el Chile de la dictadura, que en aquel entonces era un sitio doblemente sombrío, donde imperaba el silencio de los cementerios y se vivía bajo constante sospecha. Eran días en que nadie osaba salir a la calle sin cédula de identidad. Yo era amigo de Fredrik Ekelund, periodista y narrador sueco que en los primeros días me recibió en su casa situada en un barrio antiguo del centro de Malmö que con callejuelas empedradas, cubierto de nieve y a orillas del Parque del Rey daba la sensación de ser un villorrio navideño de esos que aparecen en las películas. Muy pronto asomo Omar quien resulto ser vecino de Fredrik y amigos -entre otras cosas le había enseñado el idioma español- Luego llego otro sueco, pintor, de nombre Kalle y al poco rato desde la calle sonaron las risas y los cantos de unas muchachas 1que en sueco venían cantando Yo soy yo Don Quijote señor de la Mancha… Aquel día el Teatro de la Ciudad de Malmö había estrenado El señor de la Mancha. Nosotros destapamos algunas botellas, se sucedieron anécdotas traducidas de cualquier modo, bailamos, jugamos ajedrez a cuatro manos, en algún momento salimos al parque y sobre la nieve jugamos a la pelota. Gritamos, corrimos, nos revolcamos de la risa y en ningún momento llego algún policía o vino alguien a preguntar qué carajos sucedía o a presentar algún reclamo. Mi impresión general de aquella noche fue que simplemente se me había olvidado después de tanto tiempo el sabor y la sensación tan pura y de tan absoluta de la libertad. 

Sin duda me encontraba en una cultura distinta y eso pienso yo que es lo mas significativo de resaltar esta noche; Imperaba ahí, en ese lugar una cultura diferente, una cultura de la democracia, la libre expresión y la participación individual que era completamente distinta a lo que se vivía en Chile y, que con el transcurrir de los años ha ido cambiando. Pareciera que con el tiempo todos nos hemos ido uniformando en una misma cosa.  

Omar Pérez Santiago en aquel entonces  solía reunirse con los poetas que integraban la llamada Pandilla de Malmö, y recorrer la ciudad de noche y sus bares y su relajada bohemia discutiendo de esto y aquello, intercambiando opiniones y risas. Aventurando iniciativas para hacer acciones de artes y proclamas. Porque la literatura y la cultura suelen ser intrínsecamente corrosivas, rebeldes y desenfadadas. 

Pero de un tiempo a esta parte hemos sido testigos de un lento e inexorable proceso de perversión de la cultura, como tantas otras cosas la cultura también se ha convertido en este producto del mercado que se consume en el mall. Se fabrica en serie, según una fórmula que da dinero, es de rápida y fácil digestión, por ningún motivo puede ser irreverente. Y todo este actual estado de cosas a muchos de nosotros nos produce la sensación de levantarnos cada mañana en un mundo de zombis. De muertos vivientes, de entes que cumplen una rutina carente de vida. Entonces aparece este libro No – Muerto.
 Les puedo comentar que poeta sueco Clemens Altgård aplica sapiencia. Ha leído a muchos, a varios autores, por ejemplo al portugués Fernando Pessoa, aquel mago blanco que logró llevar conocimiento a pocos, Un conocimiento que no es fácil aplicar: Ey, tú, si quieres triunfar, pues, sé tú mismo, haz lo que desees. Y, Fernando Pessoa jugó un histórico partido de ajedrez con el mago negro Aleister Crownley. El argentino Xul Solar vivió en Europa donde fue influenciado por Crowley y regresó a Argentina en 1924. Fue un dispositivo de la relación entre ocultismo y las vanguardias artísticas, se dice que entre otros influyo a Borges. Sucede que también, Clemens Altgård es lector del místico sueco Swendeborg, de la gran finlandesa Edith Södergren, del poeta inglés William Blake, del argentino Borges y de libros inquietantes como el I Ching, el Tarot y la Cábala. Ha leído a todos, a los malditos y las vanguardias Por supuesto leyó a la generación Beat y a los que propiciaron la contracultura de los 60, esas que creyeron en Crowley. Y, por cierto, Clemens Altgård es afín al punk oscuro de su generación de los años 80 del siglo pasado,cuando en la bella ciudad de Malmö, una ciudad sueca donde el  viento sopla como si odiara, descubrió que no tenía otro rol que ser poeta. 

Altgård dice:Imagina levantarse de tu ataúd como un vampiro cuando suena el reloj digital. El hombre es un ángel caído, sí, pero aún vivo, No - muerto. La muerte es un estado de insomnio.El mundo actual no es un lugar para débiles. E interroga: ¿Cómo era el cielo cuando eras niño? Nacer es morir. Morir es nacer. Agradecido de que otro día ilumine. Hay que salir y hay que caminar,  Por otro lado, a dios no se le ora pacientemente. No. Grítale a dios para que se digne a escucharte. 

Clemens Altgård habla de esta cultura de la muerte que respiramos hoy día y esa es ya razón suficiente para traducirlo y  leerlo.

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