Entrevista Pablo Espinoza Bardi por Camila Ortiz



Entrevista Pablo Espinoza Bardi por Camila Ortiz


1) Pablo has publicado a la fecha cinco libros, Necrospectiva I, Cuentos de Gore de Locura y de muerte, La Maldición de los Whateley´s, Urlo e Insectario, qué aspectos del terror encontrará el lector en cada uno de ellos.

En el primer libro, Necrospectiva (Cinosargo, 2010), trabajo el tema de la muerte y la degradación de la carne llevada a un plano espiritual, físico y ultra-físico. Es un terror a veces psicológico y otras veces visceral y abstracto, en donde víctima y victimario se fusionan. En los Cuentos de Gore, de Locura y de Muerte (Cinosargo, 2011), es el terror que encontramos a la vuelta de la esquina. Es el depredador que observa nuestro cuerpo, no como unidad, sino más bien como un organismo a “separar” y “reconstruir”. Entonces hablamos de “retablos humanos” y sobre la carne como un fetiche-orgánico de adoración… son monstruos urbanos que avanzan sin remordimientos a través de las páginas. En La Maldición de los Whateley´s y otros relatos (Cinosargo, 2011) la temática cambia de rumbo hacia un terror de tipo más clásico, pues más bien se trata de un tributo personal a uno de mis autores de cabecera, como lo es H.P Lovecraft, además, se pueden encontrar retazos de autores como Clark A. Smith y Robert E. Howard, entre otros. Aquí se manifiesta el terror anglosajón, de la pequeñez del hombre hacia el cosmos y a lo innombrable. En Urlo [AKA trazos de la muerte] (La Liga de la Justicia Ediciones, 2013), retorno a lo escrito en Cuentos de Gore, pero acá juego con la estructura del relato, pues funciona como poemario, falso documental, crónica roja y pequeña novela. Siempre enfocado hacia la literatura del mal y lo escatológico. Es un tributo a las cintas de tipo B, del cine Slasher y Giallo. En Insectario (Editorial Korekhenke, 2013), hablo sobre la pudrición a nivel mental. Son personajes llevados al límite a causa de sus pulsiones y “rituales” de carácter sexual. Se divide, tomando como base Los 120 días de Sodoma de Sade, en cuatro pasiones: Las simples, las complejas, las criminales y las asesinas, y a su vez, cada pasión es representada por un insecto: cucarachas, escarabajos, larvas y mariposas, respectivamente. Cada nivel se va acrecentando hasta llegar al crimen y a la exaltación de lo grotesco.

2) El libro La Maldición de los Whateley´s es un franco tributo a Lovecraft y su mitología, qué otros autores del género te han inspirado y tú mismo, cómo vez tu obra para futuros autores que aspiren a escribir en el terreno del horror.

Como mencionaba anteriormente, se encuentran los autores que están dentro del círculo del recluso de Providence; Smith, Howard, Belknap Long, Derleth, Bloch, etc. También puedo nombrar a autores como Hodgson, Dunsany, Machen, Blackwood, Bierce y Poe. Los poetas Baudelaire y Verlaine. Sade, Lautréamont, Wilcock y Bukowski también han sido una gran inspiración. Pero debo admitir que mi más grande influencia ha sido y es el cine. Argento, Fulci, Leone, Corbucci, Franco, Carpenter, Hooper, Raimi, Lynch, Aronofski, Nolan, Miike y el gran Tsukamoto… por nombrar solo algunos.
Ahora bien. Mi obra la veo como una mixtura entre lo clásico y lo postmodernista, con trazos abstractos enfocados a la pesadilla, el delirio y el tripaje. Uno crea a partir de lo que desea escribir y de lo que no encuentra. He buscado autores que trabajen en este terreno pero la gran mayoría es continuadora de los “maestros ya consagrados”. No quiero que mis lectores vean un pastiche de épocas pasadas. Quiero que vean la locura misma a través formas y códigos que encuentran en su diario vivir. La crónica roja, la violencia social, el cine, la televisión, la música, los video juegos, el cómic. Códigos con los que se identifiquen las nuevas generaciones. Creo que eso deben preguntarse los futuros autores que deseen ahondar en este género: Ser un “copy paste” o mutar su obra a través del tiempo.


3) Cómo observas el estado de salud de la escritura de terror en Chile, podrías hablarnos de otros autores del norte o de Chile en general que estén trabajando en esta materia.

Me parece que en este momento goza de muy buena salud. El 2011, Omar Pérez Santiago publica “Nefelim en Alhué y otros relatos sobre la Muerte”. En sus páginas habla de un terror sobrenatural, marcado por el delirio de personajes trastornados por la vida misma. También está el autor Pablo Rumel Espinoza, que trabaja el género policial y terror. También, a modo personal, creo que el poemario “Der Golem” (2011) de Pablo Lacroix posee claros códigos que se pueden encontrar en las películas de la “Hammer” y que se cruzan a la perfección con un terror de tipo “Barkeriano”. Asimismo, en ese año nace el blog Chile del Terror, el cual reúne voces emergentes y posicionadas, fundado por Paul Eric y con Fraterno Dracon Saccis en la dirección. Luego se integra al blog Aldo Astete Cuadra a cargo de la edición, quién publica el 2012 su libro “Mente Suicida y otras Muertes”, igualmente, el 2013 edita y dirige la revista impresa y de gráfica fantástica “Ominous Tales”, la cual va en su tercer número y que cuenta con autores nacionales y extranjeros. A raíz de aquella revista surge la Editorial “Austrobórea Editores”, enfocada a la narrativa fantástica, el terror, y el realismo sucio, y que este año acaba de sacar su primer libro, la antología del blog Chile del Terror: “Chile del Terror, una antología ilustrada”, con textos de Javier Maldonado Quiroga, Paul Eric, Carlos Páez, Eva Fauna, Fraterno Dracon Saccis, Aldo Astete Cuadra, Rodrigo Vásquez, Patricio Alfonso, Jano Moore y un texto de mi autoría.

4)Volviendo a los Necrospectivas, el primer libro muestra un terror incomprensible para la mente, formas y monstruos abstractos además de pesadillas y alucinaciones, el segundo en cambio como dice el prólogo de Rodrigo Ramos se enfoca en la bestia urbana, el asesino en serie, qué tenemos que esperar los lectores en el cierre de la trilogía.

El cierre de la trilogía es la suma de dos libros. Insectario y Urlo, bajo el título “El Pueblo de los Putrefactos”. Pero en esta ocasión, el poemario Urlo es tratado como novela, lo que le da un enfoque totalmente distinto, además de contar con nuevos relatos y nuevas perspectivas del personaje Norman González, y  hacer la conexión directa con el primer libro. En resumidas cuentas, la idea es que los tres Necrsopectivas funcionen juntos, y de igual modo, se puedan leer por separado.




Muestra de Textos.


Hedores (de Cuentos de Gore, de Locura y de Muerte; Cinosargo 2011)

Las viejas decían que en ese lugar habían unas chancherías. Aún se podían encontrar en la tierra restos de huesos y a veces nos lanzábamos esas mandíbulas o esas costillas y así estábamos hasta antes del almuerzo. Pero ese día sentimos un extraño hedor, y la curiosidad nos hizo buscar de dónde provenía. Llegamos a unas instalaciones de madera que al parecer habían sido mataderos, allí vimos un cadáver... nuestro primer cadáver. Estaba hinchado, morado y muchos bichos estaban sobre él, bueno, “ella” en realidad... nuestra primera mujer desnuda, pero estaba muerta y eso nos alteró un poco. Algunos de mis amigos insistían en que nos fuéramos pero no podía moverme. Recorrí con mi vista su magullado cuerpo repleto de moscas, larvas y hormigas... me fijé en un escarabajo que caminaba entre sus piernas abiertas..., no quería ver aquello, entonces posé mi vista en su cabeza. Sus ojos estaban secos y grises, el cráneo partido y la lengua hacia un lado... sentí de inmediato como el meado humedecía mis jeans.

Pero en eso apareció él, salió por detrás de unos maderos gritando “¡chiquillos de mierda! ¡Váyanse de aquí!... ¿acaso les gusta mi novia? ¿¡Les gusta!?”, eso lo recuerdo bien... y sus pantalones estaban hasta la rodilla y con un papel de diario se limpiaba su entrepierna pero aquello no lo entendí hasta más grande... Lo peor fue esa mirada mientras se subía los pantalones, y luego agarró una piedra y babeaba de la rabia y su hedor se expandía, entonces yo no podía diferenciar los hedores, el del cadáver, el de él. Ese día corrimos como nunca antes habíamos corrido..., pero uno de nosotros no llegó al almuerzo. Y por las noches aun puedo escuchar sus gritos y su llanto y el seco golpe de la piedra contra su cabeza, y despierto agitado, pero nadie habló, nadie habló por miedo, porque él mendigaba por nuestra población. Limpiaba autos, regaba jardines, y los vecinos le daban comida y él la tragaba como un cerdo y nos miraba con burla y el arroz y los porotos le chorreaban por su boca que masticaba abierta, entonces el hedor nuevamente se expandía por sobre todas las cosas..., eso lo recuerdo bien.





Demo (de Cuentos de Gore, de Locura y de Muerte; Cinosargo, 2011)

A candy-colored clown they call the sandman
Tiptoes to my room every night
Just to sprinkle stardust and to whisper
Go to sleep, everything is all right…”
(In Dreams; Roy Orbison).

Nunca conocí una chica como tú...” y eso es lo más cursi que he dicho en mi vida, pero creo que todo es obra de Roy Orbison que suena más triste esta noche. Veo tú cuerpo de musa inspiradora, colgado como una pornográfica marioneta la cual me insta a seguir explorando cada tramo de ese territorio dispuesto al dolor. Explorar cada zona virgen y apretar cada vez más esas cuerdas que tensan tú cuerpo de musa inspiradora..., no te molestes, si repito las cosas es porque estoy nervioso y hoy me siento como un niño que recibe el regalo que quería. Aun me quedan unos Pall Mall en el velador y necesito fumar..., la verdad, estoy algo nervioso. La habitación juega con sombras que no quería y eso me pone algo melancólico..., mi dulce niña, mi dulce niña “bondage” cuelga en su trapecio mortal... pero todo está quieto, incluso ella. El amor cada vez dura menos y de eso estoy seguro. Muchas imágenes pasan por mi cabeza y a ratos me confunden, y déjame decirte que todas las otras que fueron “dominadas” no me importaron. Tú fuiste la única, la única que soportó como mártir mis altos niveles de crueldad. Mi fusta bien lo sabe y el “gato” tirado en el suelo también. Pero estás quieta..., el amor no dura para siempre... la tetera me está llamando, creo que tengo algo de tiempo para tomarme un café. Ese hermoso cuerpecito; frío, tensado e inerte, puede esperar.




Impulso (de Urlo; La Liga de la Justicia Ediciones, 2013)


“Jovencito, ¿quiere ganarse unas monedas?”

Sí, así es, eso me dijo la anciana mientras comía pie de limón... enredando su lengua enferma y opaca en el tenedor. “Jovencito, ¿quiere ganarse unas monedas?”..., insistía parada en la puerta de su casa. “Hay un gato muerto en el patio… lleva días ahí. Venga, pase... ¿quiere ganarse unas monedas?”. Lo tomo de las patas traseras, pero el pellejo estaba pegado al cemento y la panza se reventó partiendo al animal en dos. Entonces la anciana estalló en una burlesca carcajada que poco a poco se transformó en un cacareo insoportable: “¿Acaso usted es un imbécil?…  ¡Mire cómo me dejó el piso! ¿Acaso usted es un imbécil?”, me decía al tiempo que escupía restos de pie de limón… y en aquel momento sentí mucha rabia e impotencia y deseé con todas mis fuerzas tomar su cabeza y hundírsela en el hervidero de larvas y tripas, para luego abrir su boca y llenársela de toda esa porquería y así callar su endemoniada risa… pero la vieja cacareaba y cacareaba y no se detenía, y en mi mente repasaba la escena una y otra vez… una y otra vez…




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