here comes a new challenger [prólogo de Game Over - edición número 17 de Cinosargo pronta a publicarse]


here comes a new challenger

“That's it man, game over man, game over! What the fuck are we gonna do now? What are we gonna do?”
Hudson - Aliens

Por Daniel Rojas Pachas

Esta nueva edición de Cinosargo demanda una serie de explicaciones que un prólogo sin duda no puede abarcar, sin embargo haremos el intento… primero, señalar que la sumatoria de textos e imágenes que tienes en tus manos nace de un concurso internacional que Cinosargo Ediciones organizó a mediados del 2011 y del cual surgen relatos geniales que llegan de distintas partes del mundo, Colombia, España, México, El Salvador y Chile (curioso, pues con este texto damos por inaugurado las ediciones internacionales que vendrán el 2012). 

La convocatoria fue inmensa así que estamos contentos como revista y editorial pues habla de nuestro alcance en la red luego de cinco años de trabajo ininterrumpido; por ello, tenemos claro que este no será el último llamado a concurso y desde luego, ejemplar de Game Over; en esa medida, estamos lejos del debut y despedida de los cruces intergenéricos o intermediales entre literatura y videojuego y claro, tampoco con otros vicios/placeres que los de Cinosargo disfrutamos febrilmente. 

Algo similar hicimos con Nómada (literatura/comic) a principios del año recién pasado, por ende estos dos títulos Game Over y Nómada comparten no sólo un formato, el de comic book americano, sino también nuestro particular deseo por hibridar y cruzar espacios y tiempos de ocio, pues en esencia, el acto imaginativo, el fetiche coleccionista, la compulsión de llegar al final en una historieta, novela o vencer al big boss en un videojuego es parte de una raíz común, la necesidad de satisfacer el monstruo que constituye ese yo interno educado sentimentalmente con igual vehemencia por nombrar de modo random algunos referentes… los personajes de Alan Moore, Constantine y su visión de la Cosa del Pantano, los relatos de Salinger o la prosa de Kennedy O´toole y una buena partida de Bomberman o quizá, aquella tarde entera jugando Marvel vs Capcom, King of Fighters o Captain Commando en un arcade perdido de alguna triste calle céntrica o galería.

Es claro que como toda muestra o antología, muchas visiones siempre quedan fuera, pero el resultado nos tiene extasiados, ya que se dan cita diversas generaciones y focos que contribuyen desde su privilegiado ángulo a trazar mapas y recorridos de lo que es el videojuego como experiencia, tenemos así desde un realismo sucio de culebrón representado por Mario y compañía, a visiones alucinadas, en unos casos hiperrealistas y violentas y en otros actualizaciones oníricas de Pacman y su universo, shooters a destajo cortesía de Doom y Wolfenstein 3D, y los sandbox, tan populares por estos días tampoco son la excepción, la vida y el espíritu del flaneur o la onda beatnik que abusa de las biografías confundiendo situaciones cotidianas con los stages musicalizados a midi frente a las personal quests, hacen del escritor/gamer un sujeto inmerso en una partida de rol constante, metatextualidad y mirada de reflejo en ese personaje que diseñamos para representarnos a la par que se entrelazan otras vidas y escenarios que vamos dejando atrás pero que con nostalgia, como en Final Fantasy, se traducen en horas de juego, levelear o una aventura por compartir con aquellos que también tienen el código o podría decirse password para entender lo memorable que puede ser una victoria o épica derrota virtual.

Sin duda, los reduccionistas o fundamentalistas literatosos dirán que la escritura como acto imaginativo responde aun un plano de la cultura ajeno o en pugna con el videojuego, ese elemento de distracción que para muchos padres es una de las causas que pudre con mayor violencia la mente de sus vástagos, gracias a las horas invertidas en las tradicionales consolas que todos hemos tenido en algún momento, los arcades que implican otros procesos de socialización y rivalidad entre gamers, pues encierra en su dinámica un campeonato en vivo con el llamado que hace el insert coin & here comes a new challenger, y así sumando podríamos continuar con los mmorpg, los beat`em up, sin embargo, sea como sea… al emprender esta aventura geek de tensionar discursos y mundos posibles, pienso a modo de síntesis en dos notables de los cuales me declaro fan, uno es James Rolfe “The Angry Video Game Nerd” cuyo tema de su programa en internet (ubicable en http://cinemassacre.com) dice: “He's got a nerdy shirt and a pocket pouch / Although I've never seen him write anything down / He's got a powerglove and a filthy mouth / Armed with his zapper he will tear these games down”  a lo que Roland Barthes podría completar: “El juguete entrega el catálogo de todo aquello que no asombra al adulto: la guerra, la burocracia, la fealdad, los marcianos, etc”.


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