A proposito de Necrospectiva 2 de Pablo Espinoza Bardi [por Andrés Olave]
La
mayoría de los seres humanos a lo largo de sus vidas hacen lo posible por
transitar los caminos seguros, los senderos ya recorridos, las formas amables,
y de paso tienden, intuitivamente, a obviar las zonas oscuras, los pozos de desconcierto. De esa manera, la mayoría tiende a evitar emociones como el miedo o el
pánico o la angustia, emociones que solamente conocen en espacios restringidos
como los hospitales o los cementerios, territorios aciagos, mundos negativos, que
el resto del tiempo, piensan, es mejor olvidar, renegar, cerrar los ojos ante
las terribles posibilidades.
Sin
embargo, vale recordar que una de las funciones esenciales de la literatura es
mostrar tal cual es al alma humana, y eso implica, muchas veces, la obligación
de visitar las zonas que han sido vedadas o prohibidas por el orden social y
sus tabúes. Ciertamente hay todo un genero que ampara estos
relatos, y hay lectores de todo el mundo que acurrucados en la soledad de sus
habitaciones, se acercan a estas historias, a los reflejos de sus pesadillas o
sus sueños, para así quizás intentar comprender las leyes ocultas que encierran
estos territorios, buscando quizás bajo el alero de algún placer oscuro,
comprender estas otras dimensiones, espacios míticos que a la vez son reflejos
de las partes mas secretas de nuestra psiquis.
Bajo
esta premisa es que opera Necrospectiva 2, cuentos de gore, locura y muerte, de
Pablo Espinoza Bardi donde ya en el titulo se puede apreciar la perspectiva que
nos ofrece el autor, el cielo negro sobre el que nos permite echar una
mirada. En Necrospectiva 2, abundan los
relatos de pesadilla, las orgías zombis, la pasión por la carne y el desgarramiento
de los miembros, el sueño de la destrucción y la tortura y muchas otras
variantes del horror que han sido producidas por una mente atenta a las
variaciones más espectaculares del dolor y del sufrimiento.
En ese sentido, vale la pena considerar el trabajo de
Bardi, como el de un explorador de territorios ignotos, un poco a la manera del
Dr. Livingstone, donde Bardi explora las paranoias, los miedos, las fobias,
obligando a sus personajes a quedarse de pie frente a frente con las cosas que
más abominan, un minuto que sea, un segundo antes de huir atravesando ventanas
o cayendo bajo las ruedas de una micro en la presurosa fuga; que sus personajes
puedan, un segundo que sea, encarar a esos entes terribles, mirar a los ojos a estos ladrones de vidas,
seres que, desde el limbo o desde el infierno, anhelan succionar una parte de
tu energía, de tu alma.
Por
otra parte, Bardi también habla del placer, del placer de los asesinos y los necrófagos,
un placer que es más difícil de comprender, por retorcido y por que para
existir tiene que pasar por encima de toda una serie de principios y normas que
rigen nuestras sociedades. Pero el
placer existe, dice Bardi, helo aquí y uno se pregunta en que clase de mundo se
vive en que dicho placer es posible, que los asesinos se llamen a si mismos
excéntricos, y de pronto uno se encuentra ante los limites mismos de la
comprensión del mundo, la frontera prohibida, porque si fuéramos más allá,
entraríamos al peligroso terreno de la enajenación y la locura.
Y
si hay algo positivo que decir de un libro, es que éste nos ha llevado al límite
de nuestro entendimiento, y en verdad que puedo decir eso de Necrospectiva 2,
aunque claro el precio a pagar sea la turbación y la intranquilidad, la
sensación que más allá de nuestros hogares y nuestros condominios existen
habitaciones que alojan a hombres crueles, feroces, inhumanos; hombres
sedientos de placer, sedientos de poder, dispuestos a todo y esa imagen
vertiginosa nos quita el sueño y las ganas de reír y acaso, esa sea la
intención del autor, una invitación al insomnio y a la terrible lucidez donde
podamos, desde el otro lado de la cerca, observar los ejércitos de la noche,
prestar atención a una multitud de hombres demolidos, que, sedientos de sangre
y venganza, marchan hacia la guerra.
Andrés
Olave
San Pedro de Atacama 2011
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